Por: Julio Foyaín
Hace ya prácticamente una década que pude valorar y extractar información del resumen ejecutivo de la prestigiosa compañía IBM, de su reconocido estudio, específicamente “The global CEO study 2008”, donde la compañía recogió criterios de más de 1000 consejeros delegados (empresas de diferentes sectores y tamaños) en todo el mundo, en torno a la pregunta: ¿Cómo será la empresa del futuro?
El resultado del citado estudio, me hizo reflexionar al día de hoy, sobre si sería importante y pertinente reflexionar desde una dimensión gerencial, sobre si estas características de la “empresa del futuro” son reconocidas actualmente y, además, distintivas en la pyme exportadora o en proceso de internacionalización de nuestra región de Latino-américa, España y Portugal (Ibero-américa).
Generalmente hablamos del futuro como un largo plazo (20 años o más) pero realmente, las connotaciones y características de las organizaciones (en el plano de la gerencia y el marketing, especialmente) están cambiando rápidamente, en especial, en la primera y segunda década de este nuevo siglo. Para prueba de lo anterior, lo podemos poner a vuestra consideración.
En forma muy precisa, las características comunes y distintivas de las empresas con más crecimiento en sus márgenes e ingresos (empresas de éxito) que identificó el estudio fueron:
– Disposición al cambio: La empresa del futuro…o la empresa de hoy, tiene la capacidad de cambiar en forma rápida y con éxito. En lugar de responder a las tendencias, se anticipa y los lidera. Lo anterior lo podemos resumir como capacidad pro-activa.
– Sensibilidad a clientes más exigentes: La empresa del futuro…o la empresa de hoy, sobrepasa las expectativas de clientes que cada vez exigen más. Las relaciones de colaboración con el cliente (más comunicación) permiten innovaciones de éxito para el consumidor como para el negocio. Lo anterior lo resumiremos como coproductor, es decir, consumidor/productor integrado a la cadena de valor, con procesos de producción más personalizados.
– Globalmente integrada: La empresa del futuro…o la empresa de hoy, saca partido a la economía global. El negocio está diseñado en forma estratégica para acceder a las mejores capacidades, talento y activos en cualquier lugar del mundo. Otra forma de precisar y asimilar este concepto, es la gerencia transnacional, es decir, estrategia global con adaptación local.
– Disruptiva por naturaleza: La empresa del futuro…o la empresa de hoy, desafía en forma radical su modelo de negocio en contraposición a la competencia. Aumenta la oferta de valor, rompiendo con enfoques tradicionales. Otra apreciación a este concepto, es la innovación del modelo empresarial.
– Comprometida, no sólo generosa: La empresa del futuro…o la empresa de hoy, va más allá de la filantropía y la conformidad. Refleja compromiso y preocupación por la sociedad. En otras palabras, responsabilidad social corporativa (RSC).
Al enunciar cada una de las características anteriores de la empresa del futuro (según el citado estudio de IBM), he querido en forma premeditada, incluir en cada una de ellas, el complemento “…o la empresa de hoy”. Este complemento ésta justificado, no solo porque ya reconocemos y observamos algunas de las anteriores características distintivas en algunas organizaciones del presente, sino también y permitirme, explicada en la siguiente reflexión:
Tenemos ahora un escenario internacional pesimista y lleno de incertidumbres donde la economía mundial seguirá creciendo (pero menos que años anteriores: ralentización del crecimiento de la economía mundial, según informes de varios organismos económicos internacionales) y, además, “los riesgos geopolíticos se acumulan y podrían dar sorpresa” (según el Real Instituto elCano).
En relación al comercio mundial de bienes y servicios, hemos sido testigos de la situación propiciada y agudizada por las medidas proteccionistas orientadas por la administración Trump, en especial, con China y viceversa. De igual manera, acabamos de ver respuesta de esa guerra comercial de parte del gobierno chino, con la devaluación de su moneda (inicio de guerra de divisas) para hacer sus productos más competitivos y todas las consecuencias que desata esa medida en el escenario económico mundial. Pero de medidas proteccionistas a guerra de divisas…realmente, en el fondo subyace es una confrontación geopolítica sobre la supremacía económica mundial como primera potencia.
El anterior escenario plantea retos: oportunidades, ¿Tiene mi compañía y mi oferta de valor oportunidades en este actual escenario?, ¿Qué oportunidades de negocio se abren en nuestro sector/mercado/producto con la región de China, por ejemplo? y amenazas, ¿Cómo me afecta o me está afectando el actual escenario?, ¿En forma directa o indirecta, que efectos negativos puede tener en nuestro sector/mercado/producto?
En concordancia a lo anterior, se hace imperativo que nuestra pyme oriente sus esfuerzos a procesos de internacionalización (ejemplo: estrategias de diversificación de mercados) y hagan frente en forma ágil al actual escenario económico mundial. Es hoy, donde las diferentes unidades de negocio de nuestros países deben poner a prueba su capacidad de dirección y/o gerencia. Las anteriores características de éxito son hoy ya una realidad. La gerencia de la pyme exportadora debe, por tanto: tener una disposición al cambio (los proceso de exportación e internacionalización son sinónimo de cambio: por ejemplo, adaptación del producto, entre otros elementos), enfoque a segmentos de clientes del mercado internacional (nichos de mercado), globalmente integrada (integrada a las cadenas de valor), innovar en su modelo de negocio (su modelo de negocio a nivel local no necesariamente funciona en otros mercados) y comprometida con la sociedad (con sentido ético, ecológico y de sustentabilidad).
Finalmente, a pesar de las medidas proteccionistas, políticas de divisas y juegos de poder en las relaciones geopolíticas del actual escenario económico global, cada día más, el nivel de competitividad de la pyme del país depende de su salida al mercado internacional. El concepto de globalización está más acentuado, es sinónimo de cambio, competencia ardua y, por lo tanto, se hace razonable que la gerencia propicie una cultura empresarial que facilite la práctica de las características de un modelo de negocio exitoso para hoy y en últimas, faciliten en perspectiva, la gestión adecuada de los procesos de exportación e internacionalización de nuestras empresas.
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¿Qué otras características de éxito consideráis que debería tener o implementar actualmente la dirección de la pyme exportadora?
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